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¿Por qué la provincia de Toledo es puntera en cultivos de ‘maría’?

Noticia original sacada de ABC

Megaplantanción de marihuana desmantelada por la Policía Nacional en Borox en septiembre

Los ‘estupas’, los agentes que luchan contra el narcotráfico, no tienen tiempo para el aburrimiento en la provincia de Toledo, la octava de España por superficie con sus 15.369 kilómetros cuadrados. «Lógicamente, no tenemos un censo, pero cada vez nos llega más información de este tipo de plantaciones de alto rendimiento tipo ‘indoor’, que llevan aparejadas habitualmente otros delitos, como defraudación de electricidad, agua o usurpación de viviendas». El teniente Valentín, de la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Guardia Civil en la Comandancia de Toledo, habla de los cultivos de marihuana, principalmente en interiores, que han convertido la provincia en una de las punteras en la producción de ‘hierba’ en España. «Y es la principal dentro de Castilla-La Mancha con mucha diferencia», apostilla.

El policía nacional Francisco Acebedo, jefe del grupo de Estupefacientes de la comisaría de Toledo, afirma que en los últimos cuatro o cinco años se ha producido ese considerable aumento en la provincia. «Este incremento destaca aún más en Granada, Málaga, Murcia, Alicante y el Levante catalán», precisa el subinspector. «Se puede determinar -continúa- que una considerable cantidad de droga que se consume en Europa se compra en España».

«En los últimos años, en Toledo han ido en aumento las operaciones, y eso es porque hay muchas plantaciones», colige Valentín. Y añade: «Solo en nueve meses, desde enero a septiembre, realizamos en la Comandancia de Toledo innumerables operaciones y en muchas de ellas desmantelamos entre una y cuatro plantaciones, que no siempre están relacionadas».

El jefe de los ‘estupas’ de la comisaría de Toledo señala con el índice: «La proliferación se debe, principalmente, al crecimiento de la demanda que existe en España y en Europa, además de que resulta sencillo, barato y rentable cultivar esta droga, con la que se obtienen considerables beneficios económicos». Acebedo lleva 27 años como policía, de los que 18 trabaja en la capital regional en drogas. «Es mi padrenuestro de cada día», sintetiza.

La gran mayoría de los cultivos hallados en la provincia estaba en la demarcación de la Guardia Civil. Por eso, en la unidad de Valentín, el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) ha creado un grupo especializado en estas investigaciones, aunque el agente subraya que «todos los componentes de la UOPJ son auténticos profesionales por su formación y, sobre todo, por su experiencia en plantaciones ilegales».

Cultivo hallado por la Guardia Civil en una vivienda de Otero esta primavera
Cultivo hallado por la Guardia Civil en una vivienda de Otero esta primavera – Guardia Civil

La multiplicación

Pero, ¿por qué hay tantos cultivos de ‘maría’ en la provincia de Toledo? «Influyen diversos factores», responde Valentín antes de entrar en detalle: «Uno muy importante es que existen multitud de viviendas vacías, sobre todo propiedad de entidades bancarias, lo que propicia la ocupación, íntimamente ligada a las plantaciones ‘indoor’». También cita casos, «aunque son menos», en los que las plantaciones están instaladas en viviendas alquiladas. «Más extraño es que existan plantaciones en viviendas que sean propiedad», puntualiza el agente.

Otra circunstancia es la proximidad a Madrid, «lo que propicia en algunos casos que individuos de esa comunidad instalen sus plantaciones en la provincia de Toledo», expone el teniente, fajado en casos de diversa naturaleza, desde terrorismo a homicidios o secuestros.

Hay plantaciones en cualquier punto de la provincia. «Las hemos desmantelado por todas las comarcas; en ocasiones, hasta en pueblecitos muy pequeños, quizá porque piensan que así va a ser más difícil encontrarlas», supone el agente. «Pero olvidan que la Guardia Civil extiende su tejido por todas partes», advierte a los malos.

También hay cultivos en poblaciones grandes, «por supuesto», aunque no se concentran propiamente en ninguna zona. «Quizá, si hubiese una zona a resaltar, sería en la comarca de La Sagra, por los mismos motivos que es la zona con mayor índice de delincuencia. Así que, al haber más delincuencia en general, pues también hay más cultivos de marihuana. En las zonas o localidades donde hay más viviendas vacías y ocupadas, es donde hay más plantaciones ‘indoor’», relaciona.

El hecho de contar con viviendas vacías, muchas propiedad de los bancos, es uno de los motivos de su proliferación en esta provincia, aseguran mandos policiales

«Además de La Sagra, en la zona del río Alberche», agrega Acebedo, por la cercanía a Madrid, «desde donde parten numerosas exportaciones de esta sustancia a países europeos». «Con la pandemia, ha aumentado las dificultades económicas y se hace atractivo el cultivo de la marihuana en las comunidades rurales por parte de las organizaciones criminales», observa el policía nacional. «Localizan pequeñas plantaciones con las que establecen una beneficiosa relación comercial, que llega a oídos de vecinos o de gente de los alrededores. Éstos, al ver el claro negocio lucrativo, se erigen como nuevos cultivadores que, igualmente, trabajan para la organización criminal», relata el jefe del grupo toledano de Estupefacientes.

Desde 2016, cita Valentín como ejemplo, se han incrementado las detenciones por estos delitos, el número de plantas incautadas y el número de operaciones. «Se podría decir que en el año 2010 no era habitual que existieran plantaciones ‘indoor’ y, actualmente, hay muchas. Su proliferación es generalizada en España, aunque ha crecido de forma importante en la provincia de Toledo por sus circunstancias particulares. Posee multitud de viviendas vacías, sobre todo propiedad de entidades bancarias, cuya consecuencia es una elevada ocupación de viviendas», insiste el teniente, quien recalca: «La ocupación ilegal es una problemática íntimamente ligada a las plantaciones ‘indoor’». «Pisos, casas y chalés suelen ser alquilados y, en muchas ocasiones, ocupados», subraya también Acebedo.

Algunas de las 12.000 plantas halladas en una finca de Sonseca dedicada a un falso cultivo de cáñamo industrial
Algunas de las 12.000 plantas halladas en una finca de Sonseca dedicada a un falso cultivo de cáñamo industrial – Guardia Civil

Ciencia y cáñamo industrial

Sobre la proliferación de plantaciones con un objetivo terapéutico falso, el teniente Valentín es remiso a hablar. «No podemos decir cosas que le sirven a los malos», se justifica. Explica, no obstante, que es relativamente reciente «o, al menos, se ha reactivado recientemente el cultivo del cannabis para aprovechar la planta con fines ajenos a su uso como estupefaciente».

Las plantas también pueden ser utilizadas para fines médicos, científicos o de investigación, y también hay cultivos de cáñamo industrial. «En estos casos, la ley establece una serie de requisitos, sin los cuales nos podríamos encontrar ante la posibilidad de que se estén cometiendo delitos o infracciones administrativas, en función de los preceptos infringidos», explica el teniente. «Hecha esta aclaración, se puede decir que este tipo de plantaciones está en aumento, especialmente en los últimos años. Hay organizaciones criminales que utilizan este tipo de cultivos para finalidades ilícitas, y lo que producen realmente son estupefacientes para trafico ilícito, donde las ganancias son enormes», desarrolla.

«Efectivamente, se está detectando el aumento de los cultivos con fines terapéuticos o con fines industriales, lo que es el cáñamo para la obtención de fibra», corrobora Acebedo, que ahonda: «Son cultivos que, aún siendo enmascarados con la lícita actividad, finalmente pasan a considerase ilegales, ya que el objetivo no es la obtención de esa fibra, sino que son los cogollos de marihuana». Y lo deja claro: «Si el responsable no posee autorización de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios para fines médicos o científicos, el cultivo no puede destinarse a la obtención de sumidades, flores o cogollos, ya que son considerados estupefacientes.

Tampoco a la extracción de CBD, ya que el CBD obtenido como extracto o tintura de cannabis, independientemente de su contenido en THC (Tetrahidrocannabinol), se encuentra incluido en la Lista I de la Convención Única de 1.961 de Estupefacientes. Por tanto, esos cogollos no se deben destinar a ninguna finalidad ni deben ser almacenados».

Zulo descubierto por la Policía Nacional debajo de un olivar en el Cerro de los Palos, en Toledo
Zulo descubierto por la Policía Nacional debajo de un olivar en el Cerro de los Palos, en Toledo – Policía Nacional

Métodos de cultivo

Valentín recuerda que, hace años, se aprovechaba la época natural de desarrollo de la planta, entre la primavera y el otoño, y se trataba de plantaciones en terrenos al aire libre. Sin embargo, desde hace «unos pocos años», se han incrementado las plantaciones de interior, que permiten cosechas de marihuana durante todo el año, «siempre que no demos al traste con sus planes las fuerzas y cuerpos de seguridad», advierte el agente.

«Estos cultivos están constantemente mejorándose y perfeccionándose. Cada vez son más sofisticadas, cada vez se ocultan mejor y cada vez observamos cómo aumenta no sólo la calidad del cogollo, sino su número y tamaño por planta», especifica Acebedo. «Esto permite que, en menor espacio, se obtenga una mayor producción y, por lo tanto, un mayor beneficio», enumera este policía nacional.

Las plantaciones de interior permiten la creación de las condiciones apropiadas, propiciando un microclima mediante aires acondicionados, ventilación, iluminación o sistemas de riego, con lo que se mantiene una temperatura y humedad constantes. Para esto se necesita unos consumos de energía eléctrica desorbitados, «y de ahí viene la defraudación necesaria para mantener los beneficios económicos», expone el teniente de la Guardia Civil.

Predominan, fundamentalmente, en chalés de urbanizaciones, donde ocupan, generalmente, los sótanos o los espacios existentes entre los techos y los tejados. «Las naves industriales se usan cuando se quiere cultivar un gran número de plantas», apostilla Acebedo.

«Aunque hay veces en las que prácticamente toda la casa está llena de plantas. Tuvimos un caso de una vivienda de lujo en una urbanización de Toledo capital en la que tenían casi 5.000 plantas», recuerda Valentín, aunque no fue allí donde vio el enganche más cutre: «Estaba realizado uniendo el cable al suministro de la luz del cuadro exterior con una simple pinza de la ropa».

Los agentes avisan de la participación de personas cada vez más jóvenes en el consumo de esta droga y en la actividad criminal

En menor medida se dan casos en pisos y dentro de las poblaciones, también subterráneas y «con una instalación de película». «Lo habitual es que, aparejado a la plantación, vaya unida la ocupación de una vivienda y la defraudación de fluido eléctrico y agua. También en algún caso la forma de abastecerse de energía eléctrica era mediante el uso de un generador que funcionaba con combustible», describe el guardia civil, con el que coincide Acebedo.

Como ya apuntó este agente, en ocasiones se utilizan naves con una cantidad importante de plantas, «aunque es menos habitual que el uso de chalés», afirma Valentín, «y, lógicamente, llama la atención de los usuarios de otras naves cercanas». Por eso las más idóneas son las viviendas que están aisladas.

Luego hay otras excepciones. Acebedo siempre tiene presente el zulo que localizaron camuflado debajo de un olivar en el Cerro de los Palos de Toledo el año pasado. Era una construcción realizada bajo tierra con cuatro metros de profundidad, 300 metros cuadrados de superficie y 1.022 plantas, con sofisticados sistemas de aireación y climatización.

Valentín también recuerda algo parecido: «Una pequeña vivienda rodeada de un seto en medio del campo. Bajo el jardín, cinco pequeñas naves con plantaciones con los más modernos mecanismos. En la superficie parecía un jardín cualquiera, en el que incluso aparcaban los coches. Sin embargo, no había enganche ilegal porque estaba en medio de la nada. Se abastecían de electricidad mediante un grupo electrógeno».

O aquella plantación subterránea en un casco urbano. Dentro de una casa «aparentemente normal» había una estantería/biblioteca que, mediante un mecanismo secreto, se abría hacia dentro y daba a un hueco por el que, a través de una escalera, se accedía a una plantación subterránea.

Marihuana en cajas encontrada en un control policial del Plan Ceres
Marihuana en cajas encontrada en un control policial del Plan Ceres – Guardia Civil

Beneficios

De cada planta de marihuana se aprovechan los cogollos, unos frutos partenocárpicos que, debido a sus propiedades como estupefacientes, producen efectos psicoactivos en los usuarios de cannabis, cuyo consumo no está penado en espacios cerrados lejos del público en general.

El precio de un kilogramo de cogollos de marihuana, una vez secados, oscila entre los 1.800 y los 2.000 euros en España. «En otros países europeos, este precio puede llegar a multiplicarse por 5, sobre todo en los sitios donde no se cultiva», puntualiza el teniente, que calcula el rendimiento económico para los cultivadores: «Si se vende por gramos, un gramo costaría 6 euros, con lo cual graneando por un kilo se obtendrían 6.000 euros.

«Quienes cultivan esta droga pueden obtener al menos 50 gramos de cogollos por cada planta», precisa Acebedo, que realiza otra operación aritmética: «Teniendo en cuenta que como mínimo se pueden realizar tres cosechas al año, cien plantas de marihuana te permiten obtener 15.000 gramos de cogollos. Si por cada gramo de esta droga se está pagando en el mercado ilícito alrededor de 5 euros; el beneficio económico anual rondaría los 75.000 euros».

No obstante, el rendimiento de cada planta es variable en función del tipo de planta que se trate. «De una cannabis sativa L, que es una de las variedades existentes, se pueden obtener hasta tres kilogramos de cogollos», pone como ejemplo el agente de la Guardia Civil.

Detrás de ese tabique de pladur la Policía Nacional halló una plantación de marihuana en Olías del Rey
Detrás de ese tabique de pladur la Policía Nacional halló una plantación de marihuana en Olías del Rey – Policía Nacional

Perfiles de delincuentes

Hay, fundamentalmente, dos tipos de estructuras. Por un lado, individuos solitarios o grupos de sujetos que ponen en marcha una plantación interior y hacen una inversión en la infraestructura, que luego amortizan en cuanto obtienen la primera cosecha.

Por otro, grupos u organizaciones criminales que ‘montan’ numerosos cultivos. En cada una de ellas tienen uno o varios individuos que las cuidan siguiendo las directrices de los jefes. «En este caso -dice Valentín-, éstos casi nunca dan la cara y utilizan a ‘jardineros’. Son los que cuidan esas plantaciones siguiendo las pautas de los responsables de la organización, que a veces incluso viven en la vivienda donde está la plantación.

Desde el grupo de Estupefacientes liderado por Acebedo han detectado la presencia de grupos criminales que, en la mayoría de las ocasiones, trabajan a las órdenes de organizaciones de origen chino y albanokosovar, «que se abastecen de la droga que se cultiva y produce en nuestra provincia; una droga que, finalmente, se exporta a Europa», atestigua el experto policial.

Hay una gran variedad de nacionalidades entre esos delincuentes, cuyas edades oscilan en un rango muy amplio: desde individuos jóvenes, pasando por gente de mediana edad y hasta algún caso de personas muy maduras, con 50 ó 60 años. «En su mayoría, hombres, aunque también mujeres», puntualiza Valentín, que se encuentra con traficantes reincidentes, «muchos». «Aparte de los integrantes de los grupos criminales, el resto de los llamados cultivadores son personas con una anterior vida delictiva -dice Acebedo-. En la mayoría de las ocasiones se dedicaban a los robos con fuerza, una actividad criminal que es menos rentable, más peligrosa y por la que se legisla más pena».

La droga es exportada a Europa y su ‘producción’ o tenencia tiene muy baja penalidad: de 1 a 6 años de prisión o multas

«La marihuana no está considerada penalmente como una droga que cause grave daño a la salud, por lo que la penalidad no es muy elevada y, por ello, muchos de los detenidos ya poseen antecedentes por este tipo de delitos», explica el guardia civil.

Se pueden enfrentar a penas de uno a seis años de prisión, además de multas, dependiendo de las circunstancias en las que se produzcan los hechos: si se perpetran en el seno de una organización criminal, se favorece el consumo de menores, se trafica internacionalmente o hay una notoriedad importante.

Pero, generalmente, los delincuentes «no son violentos, aunque en ocasiones puntuales ha habido resistencia», dice Valentín. «No es habitual encontrar armas cortas en estas intervenciones, pero sí que hemos tenido varios casos en los que hemos incautado armas de fuego cortas y largas, lo cual es indicador de que este tipo de delincuencia también es peligrosa», deduce Valentín. «Posiblemente», continúa, las posean para defenderse de otros delincuentes cuya misión principal es robar la droga a otros [en el argot policial, se le denomina ‘vuelcos’ a los robos de drogas ilegales por parte de un grupo a otro]. «Pero no se puede descartar que hagan uso de las armas contra las fuerzas y cuerpos de seguridad», señala el teniente.

Aunque no sólo armas de fuego. «Casi siempre» hay armas blancas y, en ocasiones, los delincuentes ponen trampas dirigidas contra otros individuos que pretendan robarles la droga o contra los agentes. Valentín cita dos clases: «Por un lado, armas de fuego con un dispositivo que las activa cuando alguien penetra en la zona que quieren proteger; y, por otro, trampas ocultas que pueden ocasionar lesiones considerables».

Acebedo concluye. Reclama más atención a las plantaciones de marihuana por dos motivos: «No sólo por el considerable aumento que están registrando y, que de seguir así, generará un serio problema social. También por la participación de personas de más corta edad, tanto en el consumo de esta droga como en la actividad criminal». Una actividad que tiene a la provincia de Toledo a la cabeza en la producción de marihuana en España.